“El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por
tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno
perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”.
2da. Pedro 3:9
El arrepentimiento que Dios demanda de un pueblo
o en un hombre que ha pecado, debe ser sincero; que este (hombre) no pretenda
estar arrepentido, sino que demuestre en su diario vivir una actitud que de
credibilidad. Pues No es
una persona arrepentida aquella que dice serlo y se aleja de la iglesia y no está dispuesto a someterse a la autoridad
que lo rige. Dios desea que el arrepentimiento se exprese desde el interior de
cada uno de nosotros y no sea solo una apariencia, siendo esta una disposición
interna que no pueda ser sustituida por cosas externas.
"Haced pues, frutos dignos de arrepentimiento".
Mateo 3:8
"Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y
convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo
para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo."
Joel 2:13
Dios quiere que cada persona cristiana o no, si
ha cometido errores en su vida, venga a Él en un genuino arrepentimiento a tal
grado que cuando Dios observe dicha actitud, pueda compadecerse de su vida y en
lugar de merecer desolación y destrucción, alcance perdón, paz, bienestar y la
vida eterna.
Para muchos es más fácil poder culpar a otros por los males que muchas veces pasan, cuando los mayores culpables podemos ser nosotros mismos. Qué triste es ver en las iglesias, que tan solo algunos cuantos caminan buscando a Dios y pidiendo perdón por los pecados de los demás, y debido a esto las iglesias no consiguen triunfar, por la falta de unidad. La ciudad de Nínive se unió como ciudad para pedir perdón y lograr un arrepentimiento sincero. Donde todos niños, niñas, adultos y animales ayunaron y Dios les perdono.
Para muchos es más fácil poder culpar a otros por los males que muchas veces pasan, cuando los mayores culpables podemos ser nosotros mismos. Qué triste es ver en las iglesias, que tan solo algunos cuantos caminan buscando a Dios y pidiendo perdón por los pecados de los demás, y debido a esto las iglesias no consiguen triunfar, por la falta de unidad. La ciudad de Nínive se unió como ciudad para pedir perdón y lograr un arrepentimiento sincero. Donde todos niños, niñas, adultos y animales ayunaron y Dios les perdono.
“Y comenzó Jonás a entrar por la ciudad, camino de un día, y
predicaba diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida. Y los
hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron de
cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos. Y llegó la noticia hasta el rey
de Nínive, y se levantó de su silla, se despojó de su vestido, y se cubrió de
cilicio y se sentó sobre ceniza. E hizo proclamar y anunciar en Nínive,
por mandato del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y animales, bueyes y
ovejas, no gusten cosa alguna; no se les dé alimento, ni beban agua; sino
cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios fuertemente; y
conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña que hay en sus manos”.
Jonás 3:4-8
Venir a Dios en humildad, conmueve su corazón y
provoca que no seamos la vergüenza de las naciones. La gente sin temor, se goza
criticando al hombre que dice tener un Dios, para que no suceda, es necesario
que una congregación entera busque de verdad a Dios, en unidad, en humildad, en
un mismo sentir, sintiendo una misma cosa.
Solo cuando una iglesia se una para ayunar, llorar, orar y lamentar por el
perdón de Dios, podrá salir de la miseria y desolación. ¡Arrepintámonos juntos!
“Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y
si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios. Pero en
aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa”.
Filipenses 3:15-16
Profeta Aneler Urribarri de Daza
Gracias a Dios x su Espíritu Santo que nos lleva al arrepentimiento de pecado. Y sí, debemos ser conscientes y no ser tercos a su llamado.
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